domingo, 8 de mayo de 2011

Pesadillas


Pesadillas


Las pesadillas son sueños perturbadores que hacen que el soñante al despertar se sienta ansioso y asustado. Las pesadillas pueden ser respuestas a situaciones y traumas reales. Este tipo de pesadillas se clasifica en una categoría especial denominada Pesadilla de tensión Post-traumática (PSN). Las pesadillas pueden también ocurrir porque hemos ignorado o rehusado a aceptar una situación particular de la vida. La investigación ha demostrado que la mayoría de la gente que tiene pesadillas regulares ha tenido una historia familiar con problemas psiquiátricos, experiencias con drogas, personas que han contemplado el suicidio, y/o han pasado relaciones tormentosas. Las pesadillas son un indicio de temores que deben ser reconocidos y confrontados. Es una manera en que nuestro subconsciente da un aviso. "¡Presta atención!"


Todos hemos tenido pesadillas en alguna ocasión de nuestras vidas. Las pesadillas son bastantes normales. Pero, ¿qué es exactamente una pesadilla y por qué las tenemos?


Las pesadillas son una subcategoría de los sueños. La diferencia estriba en su contenido emocional o atemorizador. A causa de su propia naturaleza, se tiende a recordar las pesadillas y sus detalles vívidos. Las pesadillas tienen un impacto más grande sobre la mente al despertar y sus imágenes pueden permanecer a lo largo del día.


Una de las razones de ocurrencia de las pesadillas puede ser que nuestro subconsciente quiere lograr nuestra atención sobre una situación o problema que se ha evitado. Es tiempo de enfrentar un problema o situación. Las pesadillas tienen un propósito importante en mostrar lo qué inquieta a la persona desde dentro de ella a niveles más profundos. Discutir, analizar, y comprender las pesadillas puede conducir a la solución de algún problema, conflicto interno o dificultad personal.
Causas de las pesadillas
La niñez y la Familia


— Las pesadillas actuales pueden estar arraigadas en traumas y negligencias sufridos desde la niñez. Desde la carencia de amor, negligencia, alcoholismo, hasta el abuso severo, los miembros de la familia, en algunos casos pueden ser la influencia más destructiva sobre la vida de una persona. Las pesadillas pueden ser una señal de tal agitación interior.
La vida


— La manera como la vida de la persona se desarrolla y la sociedad en su conjunto puede contribuir a las pesadillas. La percepción que se tenga del mundo, guerras, desastres naturales, crímenes y la incapacidad individual de controlar tales sucesos puede conducir a pesadillas.
Las relaciones


— Las relaciones íntimas y las interacciones diarias con los demás pueden también ser una fuente de sus pesadillas. Una persona puede estar paranoica acerca de la impresión que causa en los demás, como lo ven las demás personas. Es posible que se tema que se tema ser incomprendido y vean como la persona realmente es. El aislamiento y la infelicidad pueden aparecer en pesadillas como abandono y soledad.
La tensión


— La manera en que se maneja la tensión puede provocar pesadillas. Las pesadillas son una respuesta normal a niveles inaceptables de temor y tensión. La gente diagnosticada con el Desorden de tensión Post-traumática frecuentemente tienen pesadillas sobre su acontecimiento traumático, como una guerra, violación, muerte de un ser querido, accidentes, terrorismo, etc.
El trabajo


— Puesto que la mayoría de personas pasa la mayor parte del día en el trabajo, no es ninguna sorpresa que hechos conexos con el trabajo son una fuente común de pesadillas. El estrés, la seguridad en el trabajo (o la carencia de ella), los compañeros de trabajo, problemas no resueltos, o el descontento general con lo que se hace pueden manifestarse en una pesadilla. Las pesadillas pueden reflejar sentimientos de frustración e incapacidad de controlar las situaciones del trabajo. Las pesadillas de esta naturaleza pueden aparecer como la persona siendo atacada, perseguida, o estando fuera de control.





En general, tensión, traumas, temores, inseguridades, sentimientos de insuficiencia, problemas de salud, asuntos maritales, etc. pueden ser las razones para tener pesadillas.


Tener pesadillas es normal, pero tenerlas frecuentemente puede ser una señal de estar abrumado y bajo tensión. Las pesadillas pueden ser un recurso importante para el conocimiento de la personalidad y el descubrimiento emocional. Transmiten una ayuda y mensaje importante para aclarar los posibles conflictos en la vida. Es importante distanciarse del contenido emocional (temer, congoja, enfado, dolor, etc.) de la pesadilla y analizarla desde una perspectiva objetiva. Las emociones perturbadoras pueden ser una manera en que el subconsciente intenta impedir una excavación profunda en el significado de las pesadillas. Sin embargo, merece la pena intentarlo y tener un sentido de esos sueños más obscuros.








¿Quė es exactamente una pesadilla?


Si alguna vez has tenido una pesadilla, no eres el único. Casi todo el mundo tiene pesadillas de vez en cuando, tanto los adultos como los niños. Una pesadilla es un mal sueño. Puede hacerte sentir miedo, ansiedad o desconcierto, pero las pesadillas no son reales ni pueden hacerte daño.


Cuando duermes, tu cerebro no se apaga para sino que sigue funcionando. Atraviesa diversas fases de sueño, incluyendo el sueño MOR (movimientos oculares rápidos, REM en ingles). ¿Por qué se llama así? Porque durante esta fase, los ojos se mueven de un lado a otro debajo de los párpados. Durante el sueño MOR, se tienen sueños y a veces estos sueños pueden ser aterradores o inquietantes.


Aproximadamente cada 90 minutos, tu cerebro alterna entre el sueño no MOR y el y el sueño MOR. La cantidad de tiempo que dura el sueño MOR va aumentando en cada ciclo de sueño a lo largo de la noche. Los periodos más largos de sueño MOR ocurren hacia la mañana. Si te despiertas durante esta fase MOR, es más fácil que recuerdes lo que estabas soñando. Es por eso que tus sueños ―y tus pesadillas― más vívidos ocurren en las primeras horas de la noche.







¿Por qué tengo pesadillas?


Las cosas estresantes que ocurren durante el día pueden convertir los sueños en pesadillas. Las pesadillas pueden ser una forma de liberar las tensiones diarias. Esto suele significar enfrentarse a cosas que la mayoría de los niños tienen que afrontar antes o después: problemas en casa, problemas en la escuela y el estrés originado por el deporte o los trabajos escolares. Algunas veces, los cambios importantes, como mudarse de casa o la enfermedad o muerte de un ser querido, pueden provocar estrés que genera pesadillas.


Otra cosa que puede provocar pesadillas es ver películas o leer libros de miedo, especialmente antes de irse a dormir.


A veces, cuando estás enfermo, sobre todo con fiebre alta, puedes tener pesadillas. Cierto tipo de medicamentos también puede provocar pesadillas. Informa a tus padres y a tu médico si notas que estás teniendo más pesadillas desde que empezaste a tomar un nuevo medicamento.


Pero a veces puedes tener pesadillas sin ningún motivo.
¿Cómo puedo prevenir las pesadillas?


Aunque es normal tener una pesadilla de vez en cuando, existen algunas técnicas que puedes probar para tener las pesadillas bajo control.


Sigue una rutina de sueño sana. Trata de irte a la cama y despertarte a la misma hora todos los días. A menos que estés enfermo o no hayas dormido lo suficiente la noche anterior, evita las siestas durante el día. Evita comer o hacer ejercicio justo antes de acostarte. Evita las películas o los libros de miedo antes de irte a dormir si crees que son los que te están provocando las pesadillas.


Duerme con un peluche o con tu manta favorita. Esto ayuda a algunos niños a sentirse más seguros.


Usa una lamparilla o luz nocturna. Aunque tal vez la abandonaste hace unos años atrás, quizás quieras volver a utilizarla. Con una lamparilla encendida, si te despiertas en medio de una pesadilla, podrás ver cosas que te resultan familiares y recordar donde estás.


Deja la puerta abierta. Esto te ayudará a recordar que tu familia está cerca. Si estás muy asustado, levántate y busca a alguien que te tranquilice. ¡Nunca se es lo suficientemente mayor para recibir un abrazo!









La mayoría de las veces, tener pesadillas no es un problema importante. A menudo ayuda mucho explicar los malos sueños a un adulto de confianza. El mero hecho de hablar sobre lo ocurrido es posible que te haga sentirte mejor. Si hay algo que te ha estado preocupando durante el día, el hecho de hablar sobre esos sentimientos también te puede ayudar.


Algunos niños "reescriben" sus pesadillas poniéndoles finales felices. Por ejemplo, Ben se podría imaginar saltando sobre el monstruo marino e iniciando un largo y maravilloso viaje con su familia por el mar. Otro truco para tener un mayor control sobre las pesadillas es dibujarlas y, luego, ¡hacerlas pedazos!


Algunas veces, ayuda llevar un diario de sueños, un cuaderno en el que describas los sueños que puedas recordar. Seguirles la pista a tus sueños ―buenos y malos― y a cómo te sentías antes de acostarte puede ayudarte a entender cómo funciona tu mente por las noches.


Si tienes pesadillas a menudo, quizás tú y tus padres querrían ver a un terapeuta o psicólogo para que te de una mano. Eso te dará la oportunidad de hablar sobre algunas de las cosas que te preocupan y que pueden estar relacionadas con las pesadillas.


Raramente, los niños que tienen pesadillas con frecuencia pueden necesitar ir a un médico especializado (neurólogo) o a una clínica del sueño. El médico podrá determinar si tus pesadillas son el resultado de alguna afección o trastorno. En una clínica del sueño te pueden analizar las ondas cerebrales, la actividad muscular, la respiración y otros procesos que ocurren en el cuerpo mientras duermes. Si nada más parece funcionar, es posible que tu médico te recete un medicamento para ayudarte a dormir por la noche de forma ininterrumpida.


Recuerda que las pesadillas no son reales ni pueden hacerte daño. Si sueñas con algo aterrador no significa que te vaya a suceder en la vida real. Tampoco significa que seas una mala persona que quiere hacer cosas malas o cosas que asustan a la gente. Todos tenemos pesadillas de vez en cuando.


No eres ningún bebé por tener miedo después de una pesadilla. Si necesitas acurrucarte junto a uno de tus padres o incluso junto a un hermano o hermana, no pasa nada. A veces, hablar con uno de tus padres o recibir un abrazo es todo lo que necesitas.


Las pesadillas pueden dar mucho miedo durante un ratito, pero ahora ya sabes cómo actuar cuando tengas una. O sea que ¡a soñar con los angelitos!











Las pesadillas son un recurso que utiliza nuestro cerebro para echar fuera la “basura” que se acumula en nuestro subconsciente o para expresar un malestar físico. Unas veces las recordamos con detalle al despertar y otras no, dependiendo de cómo nos derpertemos. Casi siempre se tienen en la fase profunda del sueño (REM). Son más frecuentes en la infancia que en la vida adulta. No sé tú, pero yo tenía algunas pesadillas cuando era niña que hacían que me levantase temblando. Una de ellas, el “clásico” de perderse y no saber el camino de vuelta a casa.


Las pesadillas no son sueños comunes y, a pesar de cumplir una función de “limpieza“, a nadie le gustan (o quizás sí, pero yo no conozco a nadie). Suelen ser bastante desagradables: correr y no llegar a ningún sitio, caer, sufrir agresiones… Dejémoslo aquí. Es seguro que muchos de nosotros tenemos pesadillas similares.



Para evitar las pesadillas o disminuir su frecuencia, podemos adquirir una serie de hábitos saludables y sencillos en su mayoría. (Recopilamos algunos en “Recomendaciones para dormir bien“.) Una rutina que nos “desactive” progresivamente y nos prepare para las horas de sueño es muy efectiva.


Es recomendable comer algo e iniciar el descanso al menos 2 horas antes de dormir. Por tanto: cenar, sí, pero no inmediatamente antes de irse a la cama. Junto con esta puntualización, resaltamos otros detalles relacionados: evitar tabaco y café (si se tienen dificultades para dormir, lo mejor es no probar el café durante las 6 horas antes de irse a dormir); evitar también el alcohol (un vasito de vino como mucho) y las comidas pesadas, las muy dulces, las grasientas y/o picantes. Las pesadillas disminuirán sólo controlando el consumo de alimentos y otras sustancias.


En ocasiones, hay algún episodio duro de nuestra vida durante el cual las pesadillas aparecen con mayor frecuencia; también lo hacen en el caso de estrés laboral o problemas en las relaciones personales. En estas situaciones es cuando hay que tomarse más en serio lo dedesconectar y relajarse progresivamente antes de ir a dormir.


En mi caso he comprobado que, ahora que me relajo más por la noche, han disminuido mis pesadillas. (Hace unos meses tenía bastantes.) Espero que siga la tendencia.


Si deseas contarnos tu estrategia para evitar pesadillas, ésta es la ocasión perfecta. mandanos tu informacion ha: fantasmasycosasanormales@gmail.com

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